Es casi imposible tener una única mochila fotográfica que sea perfecta. Esa es la realidad. Si eres fotógrafo, y llevas años dedicándote a estos, es posible que tengas multitud de mochilas y bolsas. Sin embargo, desde mi experiencia te voy a decir cuáles creo que son las tres claves para elegir la mochila fotográfica más práctica. En la última sección tenéis algunas propuestas.

1. Las asas

Manfrotto Stile Veloce

De acuerdo, yo sé que quizás te esperabas que habláramos de cómo tenía que ser la mochila interiormente para optimizar espacio y demás, y que eso sería lo primero. Pues no. De nada te vale una mochila en la que encaje tu equipo, si te va a hacer daño al llevarla y querrás estar dejándola en el suelo constantemente.

Es imprescindible que llevar tu mochila sea algo cómodo

Las asas son clave. Estas deben estar acolchadas, y suele ser una diferencia principal entre una mochila barata y una cara. Ahora bien, ni siquiera una cara te asegura que las asas sean acolchadas, por lo que tendrás que fijarte bien. Muchas de las mochilas de Manfrotto tienen asas acolchadas (no vendrá mal hablar en el futuro de cómo nació Manfrotto y por qué sus mochilas están tan bien pensadas, quizás en otro artículo). No son las únicas, por supuesto. Fíjate bien en esta característica, porque es imprescindible que llevar tu mochila sea algo cómodo. Al cabo de horas querrás dejar tu mochila para descansar tu espalda, pero las asas no te habrán hecho daño, y el peso se habrá repartido de la mejor forma posible. Las de Lowepro también destacan mucho por este aspecto.

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La que tenéis en la fotografía es una Manfrotto Stile Veloce. Está disponible en diferentes tamaños. Vale la pena gastarse esa cantidad de dinero en la versión que se adapte al equipo que llevamos.

2. Aprender a prescindir de cosas

Desde hace años he sufrido lo que es tener que cargar con grandes equipos fotográficos. Siempre tuve que llevar el trípode de mi padre como si fuera un caddy de golf. No me quejo, así es como heredé gran parte de su equipo que se convirtió en mi primer equipo fotográfico. No obstante, no es necesario llevar tanto.

No utilizamos más que el 10% de lo que llevamos

La mayoría de las veces no utilizamos más que el 10% de todo lo que llevamos. Es cierto que a veces se dice eso de que si en ese momento necesitas algo del otro 90% no lo podrás usar y habrás perdido una foto. Pero también es cierto que si tu mochila no es cómoda, muchas veces renunciarás a llevarla, por lo que perderás muchas más fotos. Tienes que aprender a prescindir de elementos. Elige solo lo que vayas a necesitar y un poco más. Y tu mochila deberá ser acorde a esa cantidad de elementos y accesorios. Olvida eso de llevar todos los objetivos, todos los filtros, todos los tipos de trípodes que tengas, toda la iluminación… Si es posible, lleva tu equipo separado en bloques, en diferentes maletas, bolsas y mochilas, y elige una mochila cómoda y versátil. Antes de abandonar tu vehículo, o tu hogar, dependiendo de cómo te desplaces, llena la mochila con lo que creas que vas a necesitar de todo el equipo que tengas, y nada más.

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El resto, déjalo en otras maletas o bolsas que lleves en el vehículo, en casa o en el hotel. Con el tiempo, y perdiendo algunas fotos, aprenderás qué deberías haber llevado y qué deberías haber dejado, pero debes saber que esa gran foto solo la conseguirás si tu mochila te permite llegar hasta allí.

3. Lleva tu ordenador

Manfrotto Pro Light Mini Bee

Hoy en día el postprocesado de las imágenes es tan relevante o más –sí, es lo que he dicho–, que la captura de la propia fotografía. No puedes viajar ni salir ni desplazarte sin tu ordenador portátil. Así, es importante que la mochila tenga un compartimento para el mismo. Casi cualquier mochila de nueva generación lleva un espacio para el ordenador. Dependiendo del tamaño de la mochila, podrá ser para un ordenador de 13 pulgadas o para un ordenador de 15 pulgadas.

El postprocesado es tanto o más importante que la captura de la foto

No te recomiendo nada más grande porque la mochila ya será imposible de llevar sin generar demasiado cansancio. Pero ni se te ocurra prescindir del compartimento para el ordenador pensando que lo puedes llevar en otra mochila o bolsa. En muchas ocasiones tu mochila será suficiente como para ser tu único equipaje, pero eso solo ocurrirá si ahí puedes llevar también tu ordenador. No siempre tienes por qué llevar el PC. Es posible que a veces puedas prescindir de tu ordenador si vas a salir unas horas y vas a volver a casa.

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Pero si estás eligiendo una mochila, asegúrate de que esta tenga compartimento para tu ordenador, porque cuando hablamos del equipo imprescindible, sin duda tu computadora es una de ellas.

4. Algunas recomendaciones

Mochilas

Pero todo lo anterior son palabras vacías si tú quieres alguna sugerencia en concreto sobre qué mochila comprarte. Aquí tienes cuatro recomendaciones que yo considero muy interesantes. Tienen diferentes precios y tamaños, y dependerá de qué sea exactamente lo que estás buscando. La primera me parece muy versátil, mientras que las otras tres son algo más concretas en función de tu presupuesto: