Con la llegada de las cámaras digitales, y la posibilidad de almacenar las fotos en discos duros, o incluso en la Nube, y de tener diferentes versiones de cada foto, lo cierto es que parece que ya no es útil, o al menos no es necesario, imprimir las fotografías. Sin embargo, hay 5 razones por las que deberías imprimir tus fotos.

1.- Mejorarás como editor

Hay algunas cosas que solo verás en la fotografía impresa. Y es sorprendente, pero es así. Puede que pienses que tu foto ya es perfecta cuando la miras en el monitor de tu ordenador. Entonces la imprimes, te alejas un poco, y te das cuenta de que aparecen unos edificios tras la niebla que no parecían verse en la pantalla. Bienvenido al mundo de las pantallas retroiluminadas, y el efecto engañoso que a veces son capaces de crear. En ocasiones, son detalles que puedes corregir muy fácilmente, pero simplemente no los habías visto. Desde que empieces a ver tus fotos impresas, comenzarás a prestar mucha más atención a esos detalles.

2.- Mejorarás como fotógrafo

Disparas una foto, la miras en la pantalla de tu cámara, haces zoom, recortas, y te dices a ti mismo, «Esta foto me gusta». Las ventajas de la tecnología digital. Pero cuando llegas a casa y recortas la foto, ya te das cuenta de que has perdido algo de resolución y de que eso se percibe en tu monitor. Cuando la imprimes, la sensación ya es total… la sensación de decepción quiero decir. Tu foto no vale para nada. Si la subes a Instagram, nadie se dará cuenta de la falta de resolución, si la imprimes, te deprimirás tú. Y de paso, mejorarás como fotógrafo. Te darás cuenta de que para conseguir algunas fotos, no vale con disparar con un gran teleobjetivo y subir mucho la ISO, sino que tendrás que acercarte para poder conseguir una foto nítida y sin ruido.

3.- Inmortaliza la foto

Las fotos en un disco duro, o en la Nube, pueden estar durante mucho tiempo, pero no las encontrarás, no las verás. Nunca verás esas fotografías. Rara vez repasarás tus cientos o miles de fotos, para buscar esa foto que te encantó. No formará parte de tu vida. Cuando la imprimes, sí. A veces incluso la puedes dejar sobre la mesa, la puedes enmarcar, o la puedes pegar en la pared. Puedes tener varias fotos guardadas. Pero lo cierto es que cuando imprimes las fotos, estas pasan a quedar inmortalizadas para siempre. Ahora existen, son materia, y se han inmortalizado de verdad, tienen verdadero valor. Y esto tiene mucho que ver con el siguiente aspecto.

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4.- Aprende de tus fotos

¿Cuántos años llevas disparando fotos? En algún momento de hace unos años seguro que decidiste imprimir algunas fotos. Búscalas ahora, míralas. Observa qué hay en esas fotos que ahora no te gusta, que cambiarías, que mejorarías. ¿Qué técnicas has aprendido? ¿Qué errores cometiste? ¿La composición era buena? Verás que en muy poco tiempo, o quizás en mucho, has aprendido muchísimas cosas que te permite disparar mejor esa fotografía. Si la foto está en tu disco duro, rara vez irás a ver lo que has mejorado desde el principio. Si la foto está colgada en la pared de tu despacho, la verás y dirás… «Tengo que cambiar esa foto, y tengo que cambiarla ya».

5.- Te encantará ver tus fotos

Las fotos impresas tienen algo especial. Lo sabes si has utilizado alguna vez una Fuji Instax, o una Polaroid. Estas cámaras imprimen fotos instantáneamente. Esas fotos pasan a convertirse en algo especial, a pesar de no ser las mejores fotos del mundo. Puedes conseguir algo parecido cuando imprimes una foto. Es tu foto. Nadie sentirá lo mismo que tú, que la has disparado, y tenerla en tus manos te encantará como fotógrafo. Si formas parte de la nueva generación de fotógrafos, esa que solo ha disparado en digital, entre la cual me incluyo, puede que nunca hayas tenido una de tus fotos impresa. Imprímelas. Con tu impresora, si es de calidad, o incluso en alguna tienda especializada. Imprime tus fotos y obsérvalas. Es la creación de un artista. Puede que los otros miles de millones de personas piensen que tus fotos son una basura y no valen para nada. Pero a ti te encantará.