En 1984, el fotógrafo Steve McCurry tenía su base en Pakistán y trabajó como fotoperiodista para National Geographic durante los primeros años de la guerra soviética en el vecino Afganistán. En una sesión, McCurry entró en una escuela religiosa islámica para niñas. Allí tomó la foto de una estudiante de ocho años llamada Sharbat Gula. Una fotografía que buscaba concienciar sobre la guerra, que a día de hoy, todavía la vemos por aquí y por allá en sitios de internet pero ¿dónde está la niña afgana de National Geographic? Sí, de nuevo en la guerra de la que huyó hace casi 40 años.
En la fotografía, Sharbat Gula tiene unos ojos verdes penetrantes. Envuelta en un chal marrón, fija la mirada en la cámara y, finalmente, se encuentra con los ojos de millones de personas una vez que la imagen aparece en la portada de National Geographic en junio de 1985. La fotografía también marcó la carrera de McCurry; lo que le valió fama y reconocimiento, y se convirtió en uno de los retratos fotográficos más reconocidos a nivel mundial jamás realizados.
Para los lectores de Occidente, era un símbolo de Afganistán, todavía un lugar anónimo y distante, o de refugiados en crisis. Su foto estaba subtitulada, «Los ojos angustiados hablan de los temores de un refugiado afgano«. Steve McCurry se volvió uno de los fotógrafos más famosos del mundo tras conseguir aquella imagen ‘tan simple’ pero que era capaz de transmitir tanto. La cara del otro lado del mundo, la cara oculta del temor que Occidente era capaz de imaginar.
Más de 30 años después de aquella foto, Sharbat Gula, quien se convirtió en un icono instantáneo con apenas 12 años, recibió en 2017 una residencia de unos mil metros decorada a su gusto en la capital. de su Afganistán natal. La casa fue un regalo del gobierno afgano a Sharbat Gula, ahora de 45 años; junto con un estipendio de aproximadamente casi 700 euros por mes para gastos de manutención y tratamiento médico.
Pero a casi 40 años de esa icónica fotografía dónde está la niña afgana de National Geographic es una incógnita sin resolver. En vista de que retornó a su país, a aquella casa en 2017 concedida por el gobierno, se da por hecho de que se encuentra en Afganistán; en medio de la misma guerra de la que huyó hace casi cuatro décadas pero su paradero con exactitud se desconoce.
Teniendo en cuenta que Ashraf Ghani fue el presidente que concedió a Sharbat Gula el alojamiento en el país, y que los talibanes se encuentran en total oposición del anterior gobierno, no queda claro cuál es la posición en la que queda «la niña afgana». Y todo ello por no hablar de que fue ella misma quien sirvió como imagen de crítica para la guerra en Afganistán. Ya en su momento McCurry se comprometió a ayudar a Sharbat Gula y consiguió la intervención del gobierno afgano, pero no parece que eso sea ahora factible.
Es increíble cómo aquella foto que se propuso ‘abrir los ojos a Occidente‘ frente a la guerra en Oriente Medio; hoy no sea más que una anécdota porque cuarenta años después, la guerra ha comenzado una vez más, tan implacable como en sus inicios. Una foto que representa el intento fallido de hacer del mundo un lugar mejor.