La fotografía ha sido una afición de muchas personas a lo largo de muchos años. Recientemente, con la llegada de los móviles, cualquiera tiene la capacidad de hacer fotos. Y lo cierto es que hacer fotos es algo que debería ser común en el ser humano. Un estudio demuestra que hacer fotos nos hace disfrutar más de la vida.
Se trata de un estudio realizado por Kristin Diehl de USC y Gal Zauberman de Yale, que ha incluido a más de 2.000 sujetos y en el que se han llevado a cabo un total de 9 experimentos diferentes tales como realizar un tour en autobús, visitar un museo, o tomar una comida en un restaurante. La clave del estudio estaba en encontrar las diferencias entre cómo habían estado los que además de realizar cada una de las experiencias, habían estado haciendo fotografías. Y los resultados fueron definitivos. Las experiencias se viven mejor cuando se hacen fotos.
Claro, en realidad lo que se concluyó es que hacer fotos intensifica la experiencia vivida. No solo de forma positiva, sino que hacer fotografías en situaciones tristes, también conlleva tener que sufrir una sensación de infelicidad todavía superior.
Aun así, esto nos anima a llevar nuestra cámara con nosotros siempre que sea posible. Y a utilizarla, principalmente, no solo a llevarla. Aunque el estudio también ha demostrado que hacer «fotografías mentales» contribuye a vivir esas situaciones de una forma más feliz, lo cierto es que será mucho más efectivo si nos dedicamos a captar fotografías con nuestra cámara.
Para esto son especialmente útiles las cámaras de pequeño tamaño, tanto las Mirrorless de nueva generación con tamaños más reducidos que los de las cámaras DSLR de Nikon y Canon, como las cámaras compactas de gran calidad que ya están presentes en el mercado de diferentes compañías. Sony, por ejemplo, tiene algunas cámaras compactas de altísimo nivel con las que podemos conseguir resultados espectaculares tratándose de una cámara compacta.