Puede parecer mentira, pero el lanzamiento de la PS5 en el 2020 podría llevarnos a que muchas cámaras de fotos que fueran a llegar este año perdieran algunas de las novedades que inicialmente iban a llevar. Los problemas para producir una gran cantidad de unidades de forma masiva hacen que en la compañía japonesa se tengan que priorizar algunas divisiones, y la de fotografía no es una de ellas, así que veríamos cómo cámaras como la Sony A7S III y la Sony A7 IV perderían algunas de las potenciales novedades con las que iban a llegar.

Problemas de producción

A lo que denominamos problemas de producción, en realidad, tenemos que llamar, una situación normal. Y es que en el caso de Sony, producen componentes tanto para sus propios productos como para los de otros fabricantes, y siempre existe un límite máximo de componentes que se pueden producir. La llegada de la PS5 supone un momento de difícil decisión para Sony. No han anunciado aún el precio oficial. Si es demasiado cara, podrían no vender lo esperado. Para ajustar el precio al máximo, la producción masiva es clave, y eso implicaría derivar esfuerzos de otras divisiones a la de videojuegos.

PS5 y móviles más importantes que cámaras

Según personas cercanas a la compañía, y según explica el medio Bloomberg, serían las unidades de memoria flash el principal problema. Sin suficiente unidades para cubrir toda la demanda dentro de Sony, hay que elegir. Y al elegir, la prioridad se la lleva la PS5 y la unidad de smartphones, no las cámaras. Obviamente, son dos sectores más grandes que el de la fotografía. No obstante, también es cierto que la importancia de Sony en el mundo de las cámaras ahora mismo es clave, y que perder el terreno que han ganado en la industria tampoco es algo positivo.

No obstante, es innegable que la misma situación ocurre con la PS5, donde Sony es uno de los principales fabricantes de videoconsolas, y que cuenta con muchos más usuarios que el sector de la fotografía.

En el caso del mundo de los móviles, ya ni hablamos de cantidad de usuarios, y hoy por hoy es uno de los principales negocios de la compañía japonesa.

En realidad, resulta lógico. El problema es que las consecuencias no serán nada positivas.

Y todo a pesar de que esperábamos muchas novedades en estos modelos, tal y como dejaban claro en Photolari al hablar de qué mejorarían en la Sony A7 III.

Sony A7 IV y Sony A7S III con peores características

El gran problema es que para gestionar esto, Sony lanzaría sus nuevas cámaras con peores características de las esperadas, según afirman especialistas del sector. Concretamente, habría habido que eliminar funciones por no poder integrar todas las unidades de memoria flash con las que se contaba, como las DRAM. Esto reduce la capacidad de procesamiento y en definitiva, la velocidad.

Por ejemplo, la Sony A9 cuenta con una unidad adicional DRAM a la que debemos agradecer la tecnología del «stacked sensor» con el que cuenta. Esperábamos algo parecido en las nuevas cámaras de Sony, como las Sony A7 IV y la Sony A7S III, que integrando esta unidad de memoria darían la posibilidad de poder leer directamente la imagen captada del sensor en 8K, una característica que sería genial en estas cámaras por el público objetivo al que están dirigidas. Sin embargo, es muy probable que nos tengamos que olvidar de esta unidad DRAM soldada al sensor.

Y es toda una lástima, porque hasta ahora Sony había estado siempre a la vanguardia cuando se trata de novedades relacionadas con el rendimiento electrónico en la cámara de fotos. Esto había hecho que sus Sony de la serie Alpha fueran capaces de conseguir cosas que no encontrábamos en cámaras de Nikon o Canon.

En mi opinión, que por supuesto no tiene por qué ser acertada, lo ideal sería que se retrasara el lanzamiento de las cámaras hasta que pudieran contar con todas estas características. No obstante, ya sabemos que hay prioridades desde un punto de vista comercial, y que estas tendrán más relevancia que el hecho de lanzar un producto perfecto.