El ser humano es un ser social por naturaleza. Si quieres ser un gran fotógrafo, no necesitas compartir ninguna foto con nadie, eso es cierto. Pero sentimos dentro de nosotros la necesidad de compartir las fotografías. Plataformas como Instagram nos hacen compartir muchas fotos. El gran problema con el que nos encontramos hoy en día es que las buenas cámaras e Instagram no se llevan muy bien por varios motivos. El WiFi es lo único que le aporta un factor social importante a las cámaras, y cada vez es una característica más imprescindible en las cámaras de fotos.

Mi cámara de fotos

¿Cuál es tu cámara de fotos? Es posible que tengas una cámara de fotos de altísimo nivel, una de nivel profesional incluso, que te costó varios miles de euros, y que esta cámara no tenga WiFi. Entre los puristas, entre los que dominan Lightroom a la perfección y trabajan varias horas una fotografía, eso no es un problema. «¿Para qué quiero yo WiFi en una cámara?». En el usuario aficionado, avanzado, e incluso cada vez más en el profesional, el WiFi empieza a convertirse en una característica clave. ¿Por qué? Por el factor social al que todos los fotógrafos se han visto obligados a desarrollar. Dicen que si no estás en Internet no existes. Si eres fotógrafo y no estás en Instagram no existes. Eso te obliga a tener que publicar fotos en Instagram. Si eres de los que editar fotos le puede llevar varios días, tú eres ese tipo de fotógrafo que se encuentra con un dilema tremendo. Pero incluso aunque no lo seas, aunque seas de los que edita solo un poco las fotos (al menos las que sube a Instagram), te encuentras con el mismo problema. ¿Cómo compagino el subir mis fotos a Instagram con el conseguir fotografías de alta calidad?

Hay una solución simple. Disparo las fotos, las edito, con el tiempo que necesite, y después las subo a Instagram. El problema es que si hoy me voy a jugar al baloncesto y quiero compartir el momento, quiero ser un ser social, pero comparto la foto dos semanas después, se pierde todo el factor social. Para desarrollar ese factor social la foto tiene que ser publicada casi al momento, con muy pocos ajustes. Partimos de una base que no gustará a los más puristas. No hay casi tiempo para hacer ajustes. Pero es que tampoco pedimos que todas las fotos de Instagram sean las mejores del mundo, ni siquiera las mejores de las que hemos disparado, solo que cuenten algo interesante, que no estén mal disparadas, y que sean llamativas.

Y aquí es donde entran en juego los móviles. Instagram nació para ser utilizada con los móviles. Pero si eres un fotógrafo profesional, si eres un fotógrafo avanzado, o un simple aficionado que tiene una cámara de fotos de nivel, el móvil ya no será suficiente para ti. Y si te vas a jugar al baloncesto, y quieres captar la silueta de un jugador llegando a canasta, no habrá nada como disparar con tu DSLR a alta velocidad.

La solución ideal es tener una cámara con WiFi, que se pueda conectar con tu móvil. ¿Por qué? Captas la foto, la envías al móvil, haces pocas ediciones a la foto desde el móvil, siendo suficientes las opciones que hoy en día nos da Instagram y la subes a la red social. El gran problema, que muchos fotógrafos, entre los cuales me incluyo, tenemos equipos de fotografía de calidad, pero que no incluyen conectividad WiFi, porque es una característica que está llegando ahora en las cámaras.

Para muestra un botón. Las cámaras más básicas, las de nivel aficionado, son las que más se han interesado en estas características. Los usuarios prefieren poder compartir sus fotos antes que tener fotos de una calidad superior, por lo que los fabricantes han sabido elegir bien qué características incluir en sus cámaras. La Canon 1300D que acaban de presentar tiene WiFi y NFC. Es de las cámaras DSLR más baratas de Canon. La más barata si no tenemos en cuenta las anteriores versiones de este mismo modelo. Pero si nos vamos poco tiempo atrás, a la Nikon D3300, la cámara de ese mismo nivel de Nikon, la DSLR más básica, ya nos encontramos con que no lleva WiFi integrado. Es una cámara a la que se le da una buena puntuación en calidad, sobre todo para el precio que tiene, pero si queremos módulo WiFi, hay que comprarlo aparte. Quizás por eso la nueva Nikon D3500 se lanzará en el Photokina. Poco que mejorar a nivel de sensor y procesador hay en la Nikon D3300 para su precio, pero probablemente las novedades llegarán de la mano de la conectividad.

Y es que hoy en día se ha convertido en una característica casi imprescindible. Si eres fotógrafo tienes que estar en Instagram. Si quieres estarlo de verdad, tienes que compartir fotos con pocos ajustes a veces. Pero para que sean fotos buenas, mejor que tener un móvil con buena cámara, será tener una cámara con WiFi. Y ese es el camino que van a seguir los fabricantes de ahora en adelante, al menos todos aquellos que no lo hayan seguido ya.